Heidy Ramirez S.
@ideagenial
La científica María Eugenia
Grillet, especialista en enfermedades tropicales afirma que se han cerrado
programas en ciencia, se ha desmantelado el exitoso programa de Malariología y
los científicos trabajan sin apoyo
Para mediados de septiembre se
contaron 94.165 casos en varios estados venezolanos y la enfermedad podría
extenderse más el año que viene como consecuencia de la acción de El Niño
En zonas endémicas de África entre
700.000 y 2,7 millones de personas mueren anualmente por la enfermedad, más del
75 % son niños
En los años sesenta fuimos
reconocidos como un país que logró controlar la malaria, en la actualidad
lideramos las estadísticas del repunte de la enfermedad conjuntamente con República Dominicana, Guyana
y Haití. A ello se suma que las universidades públicas venezolanas han bajado en ranking, se han cerrado la mayoría
de los programas en ciencia y los investigadores prácticamente trabajan con
dádivas. Lo que predomina es la vocación y el amor por la investigación. Pero
la situación del país no debe ser excusa para dejar de pensar, en estos
momentos hay que replantearse y buscar soluciones porque las preguntas y los
problemas siguen estando. Así opina María Eugenia Grillet, bióloga y Ph.D. en
Ecología, consultora nacional e internacional en enfermedades tropicales,
profesora de la Universidad Central de Venezuela, miembro correspondiente de la Academia de
Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales y de la Sociedad Entomológica de Venezuela,
por mencionar algunos de sus méritos. Se ha dedicado a estudiar las infecciones
parasitarias mediadas por insectos vectores, particularmente la oncercosis y la
malaria.
¿Qué es la malaria? ¨Es una enfermedad transmitida por un zancudo.
Produce debilidad, fiebre, problemas hepáticos y hasta la muerte. La madre
incluso puede transmitirla a los hijos por la placenta. Se agrava con mal
nutrición. En Venezuela tenemos un problema serio. Desde el 2003 hay una
tendencia positiva significativa de aumento de casos. Cerramos ese año con 31
mil casos y ahora en el 2015 (finales de septiembre) según el Boletín Integral
de Salud Ambiental, producido por el Ministerio del Poder Popular para la Salud,
teníamos 94.165 casos, cifra que podría multiplicarse por dos o tres partiendo
de que el sistema de vigilancia está desmantelado y es una enfermedad
asintomática, puede que la persona esté contagiada y no lo sepa¨.
¿Por qué la minería es señalada como la causa? ¨Esta actividad va quitando la cobertura vegetal a fin
de socavar el terreno y buscar el oro. El proceso genera huecos que son
llenados con agua natural y/o artificial, que luego son colonizados en sucesión
por organismos (vegetales, microorganismos e insectos, entre ellos, los mosquitos).
La deforestación crea el hábitat al vector transmisor¨.
Así el Estado Bolívar, donde
reina la minería ilegal se ha convertido en un foco de exportación de la
malaria a regiones como Apure, Delta Amacuro, Amazonas, Monagas, Sucre, Zulia,
Miranda y Guárico, donde ya hay reportes. La afección es tratable si se
diagnostica a tiempo, pero obviamente sería más sensata la prevención. La
experta explica que Venezuela por ser país tropical siempre tendrá condiciones
ideales para la propagación, pero eso no se debe traducir en el incremento de
casos. Este año las perspectivas son aún más desalentadoras porque se sabe que después
de un ciclo de cambios climatológicos extremos como El Niño, viene un repunte
natural.
Una situación compleja. Es sin duda una enfermedad ligada a la
pobreza. Aunque sí existen algunos programas nacionales de seguimiento, Grillet
afirma que no es nada comparable con lo que se implantó en el país a mediados
del siglo pasado. El asunto se complica porque el padecimiento puede ser causado
por una o por varias de las diferentes especies de Plasmodium (el parásito que
transporta el mosquito del género Anopheles), de ciclo de vida variable,
difícil de atacar y que en algunas ocasiones requiere tratamiento cruzado de
medicamentos. En regiones donde la
malaria es altamente endémica, las personas se infectan tan a menudo que
desarrollan la inmunidad adquirida, es decir, son portadores más o menos
asintomáticos del parásito y al viajar a otras zonas propagan el mal. A esto se
suma la actual crisis del país, en la cual escasean las medicinas y los
insecticidas necesarios.
¿Cómo estamos con relación a otros países? ¨Muy mal a nivel mundial
y regional. Somos uno de los pocos países que ha aumentado los casos de malaria
mientras que otros los han disminuido, aun con práctica de minería como son los
amazónicos Brasil, Colombia y Perú¨. La científica comenta que en otras
naciones se ha desarrollado la vigilancia sostenida, el diagnóstico y tratamiento
adecuado y el control efectivo. Una práctica sencilla es el uso de mosquiteros
impregnados de repelente y el control de sitios de cría del vector. También se
debe publicar y mantener informada a la comunidad y a los sectores de la salud
sobre las cifras e indicadores. ¨Para ver si se están haciendo las cosas bien o
no. Ese es el problema, si no estamos haciéndolo bien, mostrar cifras me
desenmascara, me hace ver ineficiente, incapaz, hace que la sociedad se
pregunte: ¿por qué no se está haciendo nada?¨
¿Qué es la oncercosis? ¨Es una infección parasitaria, transmitida
por una mosca, que produce reacciones dérmicas muy fuertes hasta producir daño
en pigmentación y se aloja en la zona anterior del ojo pudiendo ocasionar
ceguera, de ahí que en muchos países se le llame ceguera de los ríos porque la mayoría de las poblaciones que viven
cerca de ellos son las de mayor riesgo. En Venezuela nos quedan las comunidades
Yanomami afectadas porque están muy lejanas y todavía tienen un modo de vida
muy natural. Tenemos bajo riesgo unos 13 mil indígenas (Alto Orinoco). Hay dos
formas de combatirla, con insecticidas para acabar con los portadores o con
medicamentos para erradicar el parásito del organismo¨.
¿Considera que la ciencia siempre ha estado en crisis en el país? ¨Siento
que en general la biología y la ciencia en general no han tenido un papel
preponderante para los gobiernos. Hemos tenido crisis, pero esta actual es
particularmente nefasta. Creo que en el pasado era un problema económico de
prioridades, como una falta de visión de la importancia de la ciencia, pero
actualmente es un componente ideológico, pensar se ha vuelto peligroso y un
científico definitivamente es un ser pensante¨.
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