El pasado 2 de febrero se celebró el Día Mundial de
los Humedales. Esta palabra resulta un tanto ambigua para designar ecosistemas
porque parece abarcar cualquier extensión de terreno que se relacione con el
agua. Y de cierto modo es así, se incluyen pantanos, lagos y ríos, pastizales
húmedos y turberas, oasis, estuarios, deltas y bajos de marea, zonas marinas
próximas a las costas, manglares y arrecifes de coral, así como sitios
artificiales como estanques piscícolas, arrozales, embalses y salinas.
Generalmente la poca profundidad del agua es un rasgo determinante (menos de
seis metros). Un humedal es
una zona de la superficie terrestre que está temporal o permanentemente
inundada, regulada por factores climáticos y en constante interrelación con los
seres vivos que la habitan. Esta definición es dada por el Convenio Ramsar (la
Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional), firmado en
la ciudad del mismo nombre (en Irán) el 2 de febrero de 1971 y que entró en
vigor el 21 de diciembre de 1975. Estos espacios son de suma importancia, ya
que son ecosistemas con vida local propia y tienen como funciones conservar espacios
naturales a la hora de regular inundaciones, reponer aguas subterráneas y
depurar aguas, así como indirectamente al nutrir su biodiversidad, mitigar los
efectos del cambio climático.
Esta celebración que cuenta ya con 43 años se une en
el 2014 al Año de la Agricultura Familiar y por eso en todo el mundo se
desarrollan actividades donde convergen los dos temas promoviendo la producción
de alimentos en conjunción con buenas prácticas ambientales de conservación. La
filosofía de Ramsar es impulsar el uso racional de los humedales y dar a
conocer su importancia frente a la tendencia de ver a estas áreas como un
obstáculo para la agricultura, lo que ha originado su drenado y destrucción de
para habilitar terrenos agrícolas y en otros casos para dar paso a la
construcción desmedida de viviendas con fines turísticos, como sucede
particularmente en sitios costeros. Según los sitios Ramsar por país
(actualizados hasta el 2012), Venezuela posee 263.636 hectáreas de humedales,
extensiones que merecen atención, protección y vigilancia ciudadana. Tal como
indica la organización venezolana Bioparques, tenemos
humedales de Importancia Internacional y algunos de ellos parques nacionales:
Archipiélago Los Roques (Dependencias Federales), Laguna de la Restinga (Nueva
Esparta), Laguna de Tacarigua (Miranda), los Refugios de Fauna Cuare (Falcón) y
Ciénaga de Los Olivitos (Zulia).
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