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miércoles, 21 de octubre de 2015

PARA EL CAMBIO CLIMÁTICO NO HAY PLAN B

Heidy Ramírez @ideagenial

No tenemos otro planeta como alternativa, por eso no podemos pensar en un plan B para el cambio climático, hay que tomar acciones inmediatas. Este fue el mensaje central del embajador de Francia en Venezuela, Frederic Desagneaux, en el foro ¨Política Internacional de Cambio Climático de Lima a París: desafíos y oportunidades de la COP XXI¨, realizado en Caracas el 13 de octubre, en el cual también participaron el embajador de Perú, Mario López Chávarri y la embajadora de la Unión Europea, Aude Maio-Coliche. La visión diplomática se complementó con las exposiciones del Dr. Juan Carlos Sánchez, de la Cátedra Libre de Cambio Climático de la Universidad Central de Venezuela y el Dr. Antonio De Lisio, representante del Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos (Invesp). La convocatoria fue realizada por la Fundación Friedrich Ebert.

Para Chávarri, los países han ido aprendiendo en lo que corresponde a cambio climático y al respecto, para Latinoamérica fue muy importante la pasada COP realizada en Lima. Considera que fue un paso decisivo en la búsqueda de entendimientos progresivos ante lo que tiene que ser un compromiso aceptable para todos. Como se sabe, existen posiciones encontradas en el planeta, dado que, en cuanto a reducción de gases de efecto invernadero (GEI), la discusión estriba en que aquellos países más contaminantes son los que deberían comprometerse más a realizar acciones que los mitiguen. Sin embargo, ya muchos gobiernos han presentado por escrito lo que serán sus planes con miras a reducir su impacto. Uno de los alcances para este funcionario, ha sido el fortalecimiento del Fondo Verde del Clima concretando la institucionalización del financiamiento, pieza clave de cualquier programa, particularmente para naciones en vías de desarrollo. La participación de la sociedad civil es clave, según opinó, y se presenta la oportunidad de transformar las economías y las sociedades bajo el paradigma del desarrollo sostenible, ¨de otra manera no lograremos la meta¨, expuso en su intervención.
El representante de Francia, recordó que la COP21, a realizarse en la capital de su país del 30 de noviembre al 11 de diciembre, es un tema central de la atención mundial. Se recogerán las opiniones de todos los sectores sin distinción, considerando que la sobrevivencia en el planeta depende de llegar a un acuerdo global. Alertó sobre los escenarios que el mundo podría tener en unas décadas: 60 millones de muertes en el 2020 por polución, desaparición hasta de un 45% de las especies, refugiados climáticos, aumento de sequías, incendios y huracanes y otros. Por ello dijo, era imperante llegar a una respuesta colectiva pero respetando las condiciones de cada país. Francia, explicó, estaba de acuerdo con la necesidad de apoyar financieramente a los países más necesitados. También recordó que ya se tienen más de 150 países que han presentado sus contribuciones nacionales pero faltan algunos importantes como Venezuela, productor de petróleo, que representa un 0,9% de las emisiones de gases. ¨El planeta tiene una cita decisiva con su porvenir, el fracaso no es una opción. No hay plan B simplemente porque no tenemos un planeta B¨, recalcó.


La embajadora de la Unión Europea, recordó que los 28 estados que conforman esta liga están comprometidos con el desarrollo sostenible y con la lucha contra el cambio climático. El paso crucial dado ha sido el replanteamiento en la forma de producir y consumir la energía. La Unión Europea redujo sus GEI en un 19% (con relación a 2012), logrando a la par un incremento del PIB del 45%, lo cual demuestra que sí se puede lograr el desarrollo cuidando el planeta. Las medidas han sido la promoción de una mayor eficiencia energética, el control de las emisiones, la diversificación de las fuentes, la cooperación internacional y el cambio de comportamiento de la ciudadanía. Al respecto, la vocera recordó los logros como la integración de los empresarios al proceso, adaptándose a los estándares de producción de bienes, a la adquisición de la necesaria tecnología de ahorro y a las nuevas leyes diseñadas para los objetivos nacionales planteados.  Con miras al 2020 la UE se ha propuesto: reducir en un 20% las emisiones de GEI (en comparación con 1990), aumentar la producción de energías renovables en un 20% y mejorar la eficiencia energética también en un 20%.

 En cuanto a los dos expertos, De Lisio enfocó su intervención en el papel de las ciudades, asentamientos que tendrán la mayoría de la población del planeta en pocos años. Al respecto dijo que era necesario repensar y replanificar las urbes para hacerlas más vivibles, no dependientes del transporte (potenciando la actividad del peatón). Serán desafíos futuros el uso de indicadores de eficiencia, la reforestación de cuencas, los estudios de impacto ambiental, la promoción de los edificios verdes y de las prácticas de reciclaje así como la adopción de políticas de resiliencia para eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes.  Juan Carlos Sánchez indicó por su parte que el costo de no hacer nada sería demasiado alto y que si bien los escenarios podrían ser no exactos desde el punto de vista científico, era innegable el aumento de la temperatura en el planeta (muestra de ello han sido las 800 muertes en Pakistán en meses pasados por la ola de calor o el registro de 52º C de temperatura en Irak a mediados del año en curso). Sobre las medidas a adoptar también coincidió en la transición energética. Si bien como dijo Sánchez, el precio de inversión para combatir el cambio climático se ha calculado en unos 24 mil millones de dólares en diez años, lo cual podría verse como inviable para el mundo, cada día se presentan nuevas opciones. El costo de la producción de energía solar ha bajado en los últimos ocho años y las renovables ya marcan pautas, como en el caso de Uruguay y Costa Rica que se posicionan como los países latinoamericanos cuyo consumo energético ya depende por completo de fuentes renovables. Para Venezuela, el escenario ideal sería eliminar el subsidio a la gasolina para moderar el consumo y mejorar con tecnología la producción petrolera para hacerla menos contaminante. Sobre la COP21, Sánchez apuntó: ¨lo que queremos en París es que prive la racionalidad¨.    

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