Heidy
Ramírez @ideagenial
No tenemos otro planeta como
alternativa, por eso no podemos pensar en un plan B para el cambio climático, hay
que tomar acciones inmediatas. Este fue el mensaje central del embajador de
Francia en Venezuela, Frederic Desagneaux, en el foro ¨Política Internacional
de Cambio Climático de Lima a París: desafíos y oportunidades de la COP XXI¨,
realizado en Caracas el 13 de octubre, en el cual también participaron el
embajador de Perú, Mario López Chávarri y la embajadora de la Unión Europea,
Aude Maio-Coliche. La visión diplomática se complementó con las exposiciones
del Dr. Juan Carlos Sánchez, de la Cátedra Libre de Cambio Climático de la
Universidad Central de Venezuela y el Dr. Antonio De Lisio, representante del
Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos (Invesp). La convocatoria
fue realizada por la Fundación Friedrich Ebert.
Para Chávarri, los países han ido
aprendiendo en lo que corresponde a cambio climático y al respecto, para
Latinoamérica fue muy importante la pasada COP realizada en Lima. Considera que
fue un paso decisivo en la búsqueda de entendimientos progresivos ante lo que
tiene que ser un compromiso aceptable para todos. Como se sabe, existen
posiciones encontradas en el planeta, dado que, en cuanto a reducción de gases
de efecto invernadero (GEI), la discusión estriba en que aquellos países más
contaminantes son los que deberían comprometerse más a realizar acciones que
los mitiguen. Sin embargo, ya muchos gobiernos han presentado por escrito lo
que serán sus planes con miras a reducir su impacto. Uno de los alcances para
este funcionario, ha sido el fortalecimiento del Fondo Verde del Clima
concretando la institucionalización del financiamiento, pieza clave de
cualquier programa, particularmente para naciones en vías de desarrollo. La
participación de la sociedad civil es clave, según opinó, y se presenta la
oportunidad de transformar las economías y las sociedades bajo el paradigma del
desarrollo sostenible, ¨de otra manera no lograremos la meta¨, expuso en su
intervención.
El representante de Francia,
recordó que la COP21, a realizarse en la capital de su país del 30 de noviembre
al 11 de diciembre, es un tema central de la atención mundial. Se recogerán las
opiniones de todos los sectores sin distinción, considerando que la
sobrevivencia en el planeta depende de llegar a un acuerdo global. Alertó sobre
los escenarios que el mundo podría tener en unas décadas: 60 millones de
muertes en el 2020 por polución, desaparición hasta de un 45% de las especies,
refugiados climáticos, aumento de sequías, incendios y huracanes y otros. Por
ello dijo, era imperante llegar a una respuesta colectiva pero respetando las
condiciones de cada país. Francia, explicó, estaba de acuerdo con la necesidad
de apoyar financieramente a los países más necesitados. También recordó que ya
se tienen más de 150 países que han presentado sus contribuciones nacionales pero
faltan algunos importantes como Venezuela, productor de petróleo, que
representa un 0,9% de las emisiones de gases. ¨El planeta tiene una cita
decisiva con su porvenir, el fracaso no es una opción. No hay plan B
simplemente porque no tenemos un planeta B¨, recalcó.
La embajadora de la Unión
Europea, recordó que los 28 estados que conforman esta liga están comprometidos
con el desarrollo sostenible y con la lucha contra el cambio climático. El paso
crucial dado ha sido el replanteamiento en la forma de producir y consumir la
energía. La Unión Europea redujo sus GEI en un 19% (con relación a 2012),
logrando a la par un incremento del PIB del 45%, lo cual demuestra que sí se
puede lograr el desarrollo cuidando el planeta. Las medidas han sido la
promoción de una mayor eficiencia energética, el control de las emisiones, la
diversificación de las fuentes, la cooperación internacional y el cambio de
comportamiento de la ciudadanía. Al respecto, la vocera recordó los logros como
la integración de los empresarios al proceso, adaptándose a los estándares de
producción de bienes, a la adquisición de la necesaria tecnología de ahorro y a
las nuevas leyes diseñadas para los objetivos nacionales planteados. Con miras al 2020 la UE se ha propuesto:
reducir en un 20% las emisiones de GEI (en comparación con 1990), aumentar la
producción de energías renovables en un 20% y mejorar la eficiencia energética
también en un 20%.
En cuanto a los dos expertos, De Lisio enfocó
su intervención en el papel de las ciudades, asentamientos que tendrán la
mayoría de la población del planeta en pocos años. Al respecto dijo que era
necesario repensar y replanificar las urbes para hacerlas más vivibles, no
dependientes del transporte (potenciando la actividad del peatón). Serán
desafíos futuros el uso de indicadores de eficiencia, la reforestación de
cuencas, los estudios de impacto ambiental, la promoción de los edificios
verdes y de las prácticas de reciclaje así como la adopción de políticas de
resiliencia para eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes. Juan Carlos Sánchez indicó por su parte que el
costo de no hacer nada sería demasiado alto y que si bien los escenarios
podrían ser no exactos desde el punto de vista científico, era innegable el
aumento de la temperatura en el planeta (muestra de ello han sido las 800
muertes en Pakistán en meses pasados por la ola de calor o el registro de 52º C
de temperatura en Irak a mediados del año en curso). Sobre las medidas a
adoptar también coincidió en la transición energética. Si bien como dijo
Sánchez, el precio de inversión para combatir el cambio climático se ha
calculado en unos 24 mil millones de dólares en diez años, lo cual podría verse
como inviable para el mundo, cada día se presentan nuevas opciones. El costo de
la producción de energía solar ha bajado en los últimos ocho años y las
renovables ya marcan pautas, como en el caso de Uruguay y Costa Rica que se
posicionan como los países latinoamericanos cuyo consumo energético ya depende
por completo de fuentes renovables. Para Venezuela, el escenario ideal sería
eliminar el subsidio a la gasolina para moderar el consumo y mejorar con
tecnología la producción petrolera para hacerla menos contaminante. Sobre la
COP21, Sánchez apuntó: ¨lo que queremos en París es que prive la racionalidad¨.
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