Heidy Ramírez S.
@ideagenial
Diez líderes juveniles fueron
finalistas del Bayer Young Community Innovators (BYCI) o Innovadores Sociales
Juveniles, programa de Responsabilidad Social que reconoce proyectos creadores en
ciencias aplicadas. De ellos surgieron dos ideas ganadoras, los Ecofogones de
Argenis Narváez y ConectaVida de Oricia Dominguez. La primera de ellas apunta a
la sustitución de la cocina a leña por una estufa construida con materiales
localmente disponibles. Así se ayuda a reducir las emanaciones de gases que
afectan la salud y la tala indiscriminada, ya que el combustible lo conforman frutos
secos, aserrín y desechos de cosechas. Esta alternativa tendrá su programa
piloto en algunas comunidades rurales del estado Táchira. El segundo proyecto
busca conectar receptores con donantes de sangre, atendiendo a la escasa oferta
de donación voluntaria. Se trata de una red social geolocalizada que además
quiere promover la práctica habitual de los venezolanos de donar sangre.
Esta fue la segunda edición del
concurso de esta empresa de trayectoria mundial. La convocatoria logró reunir
más de setenta jóvenes de todo el país, entre 18 y 26 años de edad, de
universidades públicas y privadas y de diferentes carreras, tanto de pregrado
como de postgrado. La decisión final tuvo como marco un ecocampamento en
Caruao, estado Vargas, en un entorno natural donde los muchachos presentaron y
defendieron sus planes. La ONG Vitalis estuvo a cargo de la organización del
evento y del proceso de selección, que pasó por rigurosas etapas de ponderación
de diferentes variables y logró la participación de un jurado de distintas
especialidades. La premiación consistió en un monto en moneda nacional como
capital semilla para desarrollar el proyecto (para el primer lugar) y un viaje
a Medellín para ambos con representantes de Bayer para participar en un
encuentro similar con jóvenes de otros tres países de la región andina:
Ecuador, Perú y Colombia. Allí los venezolanos tendrán la oportunidad de
visibilizar sus proyectos al presentarlos en un escenario académico así como
también podrán generar una red de contactos.
Este programa está inspirado en
el Bayer Encuentro Juvenil Ambiental que se convocó en el país por más de una
década. Ahora el BYCI logra un espectro ampliado que ha incluido planteamientos
de las ciencias sociales y la salud, del agro, el ambiente y las ciencias
naturales, así como de ingeniería, física, química y matemática. La
presentación de los finalistas demostró que los jóvenes venezolanos están
asumiendo el liderazgo del aporte social y sin duda necesitan más respaldo para
ver cristalizar sus emprendimientos. Cada proyecto merece mencionarlo:
enseñanza de primeros auxilios para comunidades aisladas de la selva que no
cuentan con asistencia inmediata, programa de prevención de embarazo en niñas y adolescentes, la lombricultura como
alternativa en producción de fertilizante orgánico, producción de micros radiales
para informar sobre las leyes ambientales, promoción de la responsabilidad
ambiental ante el cambio climático, diseño de humedales artificiales citadinos
para tratamiento de aguas residuales, difusión del parto humanizado en centros
de atención y la creación de un juego de mesa para niños con el objetivo de
aprender a salvar el planeta.
Karin Colmenares, gerente de comunicaciones
de Bayer Venezuela, comentó que para la empresa todos los proyectos eran
importantes y que los criterios primordiales de selección eran la contribución
social que se podía generar y la factibilidad de ejecución. ¨Queríamos que
aunque fueran pequeñitos, las ideas aportaran valor a una comunidad en
particular¨. En el caso del ganador, se valora la aplicación de la ciencia
aprendida en la universidad para resolver un problema de su entorno. En cuanto
al próximo viaje a la ciudad de Medellín, Colmenares explicó que allí los
jóvenes podrán conocer de cerca diferentes iniciativas privadas y públicas que
han permitido que esa ciudad sea una de las urbes ejemplo de Latinoamérica,
sostenible y amigable. Adicionalmente otro
de los alcances será la conexión de los venezolanos con sus pares de los países
andinos para compartir e intercambiar ideas y experiencias.
Ecofogones y ConectaVida. Para Argenis, ganador del concurso y
estudiante de Ingeniería Ambiental, su problema de estudio no solamente se
encuentra en Táchira, sino en muchas localidades del país, en las cuales la
única manera de cocinar es empleando la leña, lo cual genera humo y desemboca
en afecciones respiratorias. Ver a su familia afectada por el hecho lo motivó a
buscar una solución con el invento ya existente llamado codo rocket. A su
criterio hablar de ambiente como tema general no resulta totalmente efectivo, pero
su comunidad objeto sí entendió el mensaje cuando la preocupación pasó a cómo
estas emanaciones afectan la salud y la calidad de vida. En el caso de Oricia,
esta emprendedora ligada al mundo del voluntariado y el liderazgo, encontró en
la tecnología una aplicación aliada para acortar la brecha entre donantes de
sangre y pacientes o receptores. Cree además que el venezolano debe romper los
paradigmas frente a la donación voluntaria, práctica muy necesaria aunque poco
se sepa de los pacientes que la necesitan. Considera que son vitales las campañas
al respecto así como los incentivos, tal como se acostumbra en otros países. Ambas
ideas nacientes están abiertas a nuevas posibilidades de financiamiento de
organizaciones interesadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.