Heidy Ramírez @ideagenial
La obra ¨Los Desafíos del Agua Urbana en las Américas¨ describe y
analiza los problemas en materia de agua en centros urbanos de 20 países
Más de 60% de la población mundial vive en ciudades y este número
aumenta cada año conjuntamente con la demanda de suministro de agua
El 60% de la población venezolana se encuentra ubicada en el arco
Andino-Costero, la región con menor disponibilidad de recursos hídricos
El libro ¨Desafíos del agua urbana en América Latina¨, fue
presentado recientemente en la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y
Naturales en Caracas. Esta obra es producto del trabajo de la Red
Interamericana de Academias de Ciencias con el objetivo de dar una visión
global de la situación de este recurso en veinte grandes urbes de nuestro
continente. El capítulo venezolano fue desarrollado por un grupo de
especialistas de distintas universidades y liderado por el profesor Ernesto
González Rivas, de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de
Venezuela.
La información recogida revela que para que la gestión de los
recursos hídricos sea eficaz, ésta debe salir de los límites de las ciudades e
incluir las cuencas circundantes de las que provienen los recursos. En la
mayoría de los entornos estudiados se encontró que la urbanización ha avanzado
sin planificación originando uso inadecuado de la tierra y deforestación,
vertidos descontrolados de aguas residuales, contaminación de aguas
subterráneas y afectación de ecosistemas conexos entre otros. Si bien es cierto
que en las últimas décadas se ha evolucionado mucho sobre el tema, todavía
falta mucho por hacer. Chile se presenta como el único caso que ha podido
concretar el saneamiento de las aguas recolectadas. Un alerta de este compendio
es la atención que se debe prestar al cambio climático, como potenciador de las
sequías en Centroamérica y de las lluvias inusuales que colapsan los sistemas
de drenajes ocasionando anegaciones y enfermedades. La reutilización se
presenta como una fuente alternativa viable de agua para determinados usos. Sobre
las instituciones, la eficacia deja mucho que desear, así como las leyes que no
se hacen cumplir de manera efectiva para promover la buena gestión del agua.
El caso Venezuela
“Venezuela cuenta con más de 28 millones de habitantes, de los
cuales 80% se concentra en 20% del territorio nacional. El 60% de la población
se encuentra ubicada en el arco Andino-Costero, la región con menor
disponibilidad de recursos hídricos. Debido a ello, se generan problemas
asociados con la distribución y prestación de servicios de saneamiento, además
de aquellos causados por la dislocación de grandes volúmenes de agua fuera de
sus cuencas de origen”. Este análisis abre el capítulo correspondiente a la
investigación nacional, que puede consultarse gratuitamente en la sección de
libros de la página de la red (http://www.ianas.org/).
En el país, se cuenta con nueve empresas hidrológicas regionales y ocho empresas
descentralizadas. El Gobierno central es dueño de las acciones de las
regionales, ya que su accionista único es HIDROVEN. El abastecimiento depende de
fuentes superficiales (embalses), con más de 90% de cobertura de la población
urbana, más de 80% de recolección de aguas servidas, pero con menos de 50% de
tratamiento de estas últimas.
En nuestro territorio se han presentado fenómenos de sequía extrema e
inundaciones, con consecuencias negativas para las poblaciones citadinas. En lo
que respecta a la salud, el informe asocia el agua a enfermedades como diarreas,
amibiasis, malaria y dengue, con altas incidencias en los estratos más pobres
de la población. En la región capital, más del 90% del agua que se consume
proviene de los acueductos Tuy I, Tuy II y Tuy III, los cuales se alimentan de
las cuencas hidrográficas de los ríos Tuy y Camatagua, también afectadas por la
sequía. La ciudad consume alrededor de 18 mil litros por segundo (l/s). Como la
mitad de la población habita en áreas no planificadas, en zonas altas, con
limitados sistemas de almacenamiento, bombeo y distribución, la dotación no
beneficia a todos por igual. A esto se suma que los embalses están más bajos y
a distancias considerables de la urbe. Otra debilidad de la red de distribución
es la rotura de tuberías y la dificultad para sustituirlas. Gran parte del
entramado tiene más de 50 años de construida.
Como recomendaciones, se expone que una evolución deseable de la
gestión del agua requiere la participación de actores institucionales de los distintos
niveles de gobierno (nacional, regional y local). Es necesario racionalizar los
consumos para disminuir las dotaciones per cápita y ésa es una tarea que
implica necesariamente sumar esfuerzos con los municipios. Se debe hacer la sustitución
de tuberías, la regularización de las tomas clandestinas, la micro medición y
el cobro por la prestación del servicio para ir hacia un consumo responsable y a
la viabilidad financiera. Se deben implementar planes de manejo de los recursos
hídricos bien pensados que cuenten con la participación de las comunidades
organizadas. En este caso se menciona el papel de las llamadas Mesas Técnicas
de Agua, organizaciones comunitarias de base que reciben y administran recursos
para colaborar en la coordinación así como para moldear una cultura del agua. El
capítulo Venezuela de este trabajo de investigación (de absoluta rigurosidad
científica y documentación del país) abarca otros temas como cambio climático,
situación de los ríos, inundaciones y crecidas. El agua es un asunto de interés
nacional sin duda y la obra brinda datos oportunos para que la sociedad conozca
más aún sobre el servicio y las instituciones encargadas, y en consecuencia,
pueda ejercer una mejor labor de contraloría social.
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