Heidy Ramírez
@ideagenial
Miembro de Periodismo ante el Cambio Climático
· No tenemos cultura de prevención de riesgo, nos hemos acostumbrado a reconstruir
· Hay un movimiento mundial de responsabilidad social obligatoria que está cambiando la dinámica de las empresas
· Existen muchas nuevas leyes que aumentan el riesgo de sanción penal
· Los bombillos ahorradores que no se reciclan en el país, contienen mercurio, metal nocivo que llega a los vertederos
· En 1999, 24 millones de computadoras se volvieron obsoletas en Estados Unidos, sólo el 14% fue reciclado
· Un gramo de mercurio puede contaminar un millón de litros de agua
· México es el tercer consumidor de botellas PET después de Estados Unidos y China
“Producción, Reciclaje y Consumo Responsable”, fue el nombre del foro realizado en Caracas, este 27 de octubre liderado por la Organización No Gubernamental Asoprodem, Alianza para la Defensa de los Derechos Humanos, la Ecología, y el Medio Ambiente, dirigida a representantes y miembros de empresas, cámaras de comercio e instituciones civiles y públicas, para informar e impulsar proyectos de reciclaje así como medidas a tomar por la nueva ley de Gestión de la Basura.
En su ponencia “Gestión de la basura y de los riesgos naturales, y tecnológicos”, el Dr. Fernando Fernández del Comité Ambiental de Venamcham y miembro asociado de Baker & McKenzie, ofreció un panorama completo de las últimas leyes aprobadas y su incidencia en el futuro de las empresas venezolanas. A su criterio, las organizaciones no sólo deben atender a las posibles sanciones penales producto de la nueva legislación sino que también deben estar atentas al movimiento mundial de responsabilidad social obligatoria que está cambiando la dinámica del mundo de los negocios. Fernández expuso además que se debe implantar en la ciudadanía la cultura del riesgo, que lleva a la planificación y a la prevención y no simplemente a la rehabilitación y la reconstrucción una vez que se enfrenta un desastre socionatural o de otra índole. “Por rutina o ignorancia nunca nos imaginamos las cosas que pueden suceder, pasamos cien veces por un lugar que reviste peligro y no nos percatamos. La idea es cambiar y tomar acciones antes de que ocurran desastres lamentables”.
Gilberto Carreño, profesor universitario y editor del portal Circulo Ambiental, comentó los factores críticos en los planes de reciclaje producto de su experiencia con la Alcaldía de El Hatillo y el Instituto Autónomo de Gestión Ambiental. Su preocupación principal es la reducción de la producción de basura y la toma de conciencia del agotamiento de los vertederos a medida que crecen las ciudades. En el caso del IAGA, cuyo objetivo era el apoyo en el plan de reciclaje con la ciudadanía, se comenzó el trabajo con excelentes proyecciones pero el ritmo se desaceleró por falta de mayores recursos y el acopio de desechos se convirtió en un factor crítico a medida que las comunidades empezaron a exigir más puntos de recolección y contenedores. Sin embargo, expuso “la idea no es desaminar sino superar obstáculos”.
El peligro de los bombillos ahorradores y una alternativa para su recogida y posterior recuperación fue el núcleo de las intervenciones del profesor Luis Morales de la Universidad Central de Venezuela y Vitali Ojalvo, de VITAAMBIENTE. Un gramo de mercurio puede contaminar un millón de litros de agua, según algunos estudios mostrados por estos expertos. Un bombillo ahorrador tiene como mínimo 4 mg de este metal. Esto hace que a grandes rasgos, se considere que la sustitución que se hizo a nivel nacional de 140 millones de bombillos equivale a más de 500 Kg del metal nocivo que irán a la atmósfera, a las aguas y a los suelos una vez que los bombillos terminen su vida útil y lleguen a los botaderos de basura. Ante este delicado asunto de salud nacional, Vitaambiente diseñó recipientes especiales para la recolección de este desecho y actualmente lleva adelante el proceso de investigación con el IVIC para separar los materiales y poder reciclar el mercurio. Es una inversión en el ambiente, según el vocero de esta iniciativa.
Otras interesantes intervenciones fueron el “Proyecto 3R: una iniciativa corporativa de Empresas Polar para el reciclaje", de la Gerencia Corporativa de la Gestión Ambiental de Empresas Polar; la experiencia en “Normas y reglamentos sobre manejo de residuos sólidos municipales” de la mexicana APREPET A.C.; y la de PETSTAR (también de México) que con Ecoplast de Venezuela abordó el tema “el verdadero camino a la sustentabilidad del plástico es el reciclaje”.
LOGRAMOS EL CÍRCULO VIRTUOSO DEL RECICLADO
El ingeniero Jaime Cámara Creixell, Director General de PETSTAR, cuenta que ya tienen quince años en un proyecto muy exitoso: recolectar, transportar, acopiar y transformar el plástico de las botellas de bebidas para convertirlo en resina, materia prima para hacer de nuevo envases para productos de consumo humano. “Logramos hacer el círculo virtuoso del reciclado. Empezamos con la recolección en el 95, el proyecto de convertirlo en resina en el 2006, la planta la concluimos en el 2009 y llevamos dos años generando materia prima de alta calidad”.
El reciclaje sí es un negocio. “Somos el tercer consumidor más grande de botellas PET en el mundo después de Estados Unidos y China, unas 700 mil toneladas de resina PET. De esa cantidad se recupera el 30% el otro 70% queda disperso en el ambiente”. Las cifras podrían cambiar con un mayor esfuerzo educativo. Ya algunas transnacionales de la industria de las bebidas han generado compromisos mundiales ambientales de reciclado de sus envases, ellos tienen una capacidad muy fuerte para influir en ese cambio de hábitos. “Por ejemplo Coca Cola tiene la responsabilidad de incorporar 25% de material reciclado en sus envases y con ello revoluciona toda la cadena productiva, incentiva las inversiones, cambia los mecanismos de recolección y puede incidir en los hábitos de recolección y de consumo. Son cambios que se están dando a nivel mundial y esto definitivamente va a traer una revolución de reciclaje en todas partes”, explica Cámara.
Un problema generalizado a su criterio en toda Latinoamérica son los vacíos, “hay legislación inconclusa, se hacen las leyes pero no los reglamentos, cuando existen estos no hay la infraestructura”. Además explica que también existen regulaciones e iniciativas que lejos de incentivar, desmotivan . Caso particular es la fabricación de productos biodegradables que a su juicio pueden llegar a ser soluciones simplistas, que evaden responsabilidades y ponen en peligro a la industria del reciclado. “Si tienes una botella que se va a degradar, cuando se recicle se acelera la degradación y el producto final no cumplirá las especificaciones técnicas para ser usado de nuevo. La verdadera solución es la educación y en cuanto a la sustentabilidad del plástico es el reciclado, un reto muy complicado que requiere la conjunción de la industria, la sociedad civil y el gobierno”.
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