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lunes, 13 de marzo de 2017

DE LOS DÍAS DEL AMBIENTE A LA HORA DEL PLANETA

Diario: Notitarde La Costa. Puerto Cabello Edo. Carabobo. Fecha: 10-03-2017.  Columna: BioDazibao Global. p5. Autor: Wilfredo Jiménez Gómez.

En 2001 escribimos una nota titulada Los Días Contados de la Naturaleza, en la misma afirmábamos que “La conservación y defensa del ambiente tiene que ser siempre, durante todo el año, no puede tener los días contados”. Es el mismo argumento que se esgrime cuando criticamos el Día de las Madres, es decir, que el mismo es todos los días y por lo tanto tal celebración en un día específico tiene una motivación comercial, económica, cuyo objetivo es aumentar las ventas, estimular el consumismo de bienes. Por el contrario en el caso del tema ambiental, si bien los días contados tienen como objetivo destacar un hecho relacionado con la conservación del ambiente en una fecha determinada, concomitantemente y soterradamente se limita la divulgación de ese contenido a ese día, por lo tanto lo de los días contados podemos concluir que es un arma de doble filo.      
 La referencia anterior viene a colación con la campaña denominada La Hora del Planeta (Earth Hour en inglés), que se celebrará el próximo 25 de marzo. La misma consiste en un apagón eléctrico voluntario durante una hora, es decir, se le pide a la población que apague las luces y electrodomésticos no indispensables. La campaña persigue formar conciencia sobre la importancia y la urgencia de tomar acciones oportunas frente al cambio climático y también de ahorro de energía ante el consumo irracional. Este año el lema de la campaña es: "En esta Hora del Planeta, ilumina al mundo con una Acción Climática".
Lo cierto es que ambas campañas son importantes, pero vemos que hay un trasfondo reduccionista de la acción ambiental esencial. De la semana de  la conservación de la década de los ochenta, pasamos a los días contados de la naturaleza, hasta llegar a la hora del planeta. Es prudente reflexionar sobre este asunto que nos atañe a todos.
Es necesario insistir en la práctica de la educación ambiental, tanto formal como informal, como medio idóneo para la formación de conciencia ambiental en la población. No debemos perder de vista el hecho de que la educación ambiental debe ser continua, permanente, durante todo el año. Si bien es cierto que las fechas emblemáticas son importantes y sirven para desarrollar campañas divulgativas pro conservación del ambiente, no debemos desestimar la relevancia de la educación ambiental de carácter permanente. 

Alabado seas, mi Señor
En el capítulo cuarto de la encíclica, cuyo título es Una Ecología Integral, en el subtítulo El Principio del Bien Común, el Pontífice argumenta que “La ecología humana es inseparable de la noción de bien común, un principio que cumple un rol central y unificador en la ética social. Es el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección. El bien común presupone el respeto a la persona humana en cuanto tal, con derechos básicos e inalienables ordenados a su desarrollo integral. También reclama el bienestar social y el desarrollo de los diversos grupos intermedios, aplicando el principio de la subsidiariedad. Entre ellos destaca especialmente la familia, como la célula básica de la sociedad. Finalmente, el bien común requiere la paz social, es decir, la estabilidad y seguridad de un cierto orden, que no se produce sin una atención particular a la justicia distributiva, cuya violación siempre genera violencia. Toda la sociedad (y en ella, de manera especial el Estado) tiene la obligación de defender y promover el bien común.


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