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domingo, 13 de marzo de 2016

CONDICIÓN DE DAMNIFICADO



Diario: Notitarde La Costa. Puerto Cabello Edo. Carabobo. Fecha: 11-03-2016.  Columna: BioDazibao Global. p6. Autor: Wilfredo Jiménez Gómez.

Hace aproximadamente veinte años escribimos una nota donde afirmábamos, palabras más palabras menos, que Morón era una ciudad de damnificados. En la actualidad, después de tanto tiempo y haber pasado por el gobierno local diferentes gestores y conocer sus respectivas gestiones, concluimos que tal afirmación se mantiene vigente. Es como un maleficio. Problemas tales como la inseguridad,  la humareda del vertedero de basura, la suspensión recurrente del servicio eléctrico, los semáforos dañados, la falta de agua, entre otros, son evidencias de que nuestra calidad de vida se ha deteriorado, de que estamos damnificados. 

La situación antes referida y en especial el gravísimo problema de la falta de agua (cuya solución no se vislumbra en el corto plazo), conllevan a pensar en la posibilidad de emigrar a otra ciudad, porque humanamente es difícil y complejo vivir en estas condiciones. Para quien desea vender su inmueble suponemos que los mismos están devaluados, ¿quién va a querer comprar una casa o un apartamento en una ciudad que carece de agua, el hampa campea y en cualquier momento se va la luz?. Si quieres entretenerte viendo la televisión por cable, ocurre a menudo que se cae la señal en medio de la película o programa que se está viendo; igual ocurre si haces uso de internet, esto crea desconcierto, contrariedad.   
En pleno siglo XXI reapareció el oficio de aguador, persona que se dedica a vender y llevar agua (mercancía) a las personas o familias que se la compran. También ha reaparecido la construcción artesanal de aljibes, sobre todo hacia la zona rural del municipio Mora. Según la crónica Los Aljibes del periodista Ciro Urdaneta Bravo, publicada en su libro Maracaibo: Historias y Leyendas, el uso de estos “fue una costumbre establecida desde los tiempos coloniales para solucionar el problema del agua”. Resulta que ahora tanto los aguadores como los aljibes son una solución a medias a la crisis del agua. En todo caso no debemos perder de vista que la solución definitiva de este problema está en la conservación de cuencas hidrográficas, el aprovechamiento racional de aguas subterráneas y la desalinización del agua de mar; tres opciones válidas que deben formar parte de una política para resolver la falta de agua. También hay que generar una política para solucionar los otros problemas mencionados y así salir de la condición de damnificado.

Alabado seas, mi Señor
En el capítulo tercero de la encíclica, en el título Raíz Humana de la Crisis Ecológica, en el subtítulo Globalización del Paradigma Tecnocrático, el Pontífice sostiene que “El paradigma tecnocrático también tiende a ejercer su dominio sobre la economía y la política. La economía asume todo desarrollo tecnológico en función del rédito, sin prestar atención a eventuales consecuencias negativas para el ser humano. Las finanzas ahogan a la economía real. No se aprendieron las lecciones de la crisis  financiera mundial y con mucha lentitud se aprenden las lecciones del deterioro ambiental. En algunos círculos se sostiene que la economía actual y la tecnología resolverán todos los problemas ambientales, del mismo modo que se afirma, con lenguajes no académicos, que los problemas del hambre y la miseria en el mundo simplemente se resolverán con el crecimiento del mercado.”… “Quienes no lo afirman con palabras lo sostienen con los hechos, cuando no parece preocuparles una justa dimensión de la producción, una mejor distribución de la riqueza, un cuidado responsable del ambiente o los derechos de las generaciones futuras. Con sus comportamientos expresan que el objetivo de maximizar los beneficios es suficiente. Pero el mercado por sí mismo no garantiza el desarrollo humano integral y la inclusión social.”

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