Diario:
Notitarde La Costa. Puerto Cabello Edo. Carabobo. Fecha: 11-03-2016. Columna: BioDazibao Global. p6. Autor:
Wilfredo Jiménez Gómez.
Hace
aproximadamente veinte años escribimos una nota donde afirmábamos, palabras más
palabras menos, que Morón era una ciudad de damnificados. En la actualidad,
después de tanto tiempo y haber pasado por el gobierno local diferentes
gestores y conocer sus respectivas gestiones, concluimos que tal afirmación se
mantiene vigente. Es como un maleficio. Problemas tales como la
inseguridad, la humareda del vertedero
de basura, la suspensión recurrente del servicio eléctrico, los semáforos
dañados, la falta de agua, entre otros, son evidencias de que nuestra calidad
de vida se ha deteriorado, de que estamos damnificados.
La situación
antes referida y en especial el gravísimo problema de la falta de agua (cuya
solución no se vislumbra en el corto plazo), conllevan a pensar en la
posibilidad de emigrar a otra ciudad, porque humanamente es difícil y complejo
vivir en estas condiciones. Para quien desea vender su inmueble suponemos que
los mismos están devaluados, ¿quién va a querer comprar una casa o un apartamento
en una ciudad que carece de agua, el hampa campea y en cualquier momento se va
la luz?. Si quieres entretenerte viendo la televisión por cable, ocurre a
menudo que se cae la señal en medio de la película o programa que se está
viendo; igual ocurre si haces uso de internet, esto crea desconcierto,
contrariedad.
En pleno siglo
XXI reapareció el oficio de aguador, persona que se dedica a vender y llevar
agua (mercancía) a las personas o familias que se la compran. También ha
reaparecido la construcción artesanal de aljibes, sobre todo hacia la zona
rural del municipio Mora. Según la crónica Los Aljibes del periodista Ciro
Urdaneta Bravo, publicada en su libro Maracaibo: Historias y Leyendas, el uso
de estos “fue una costumbre establecida desde los tiempos coloniales para
solucionar el problema del agua”. Resulta que ahora tanto los aguadores como
los aljibes son una solución a medias a la crisis del agua. En todo caso no
debemos perder de vista que la solución definitiva de este problema está en la
conservación de cuencas hidrográficas, el aprovechamiento racional de aguas
subterráneas y la desalinización del agua de mar; tres opciones válidas que
deben formar parte de una política para resolver la falta de agua. También hay
que generar una política para solucionar los otros problemas mencionados y así
salir de la condición de damnificado.
Alabado seas, mi
Señor
En el capítulo
tercero de la encíclica, en el título Raíz Humana de la Crisis Ecológica, en el
subtítulo Globalización del Paradigma Tecnocrático, el Pontífice sostiene que
“El paradigma tecnocrático también tiende a ejercer su dominio sobre la
economía y la política. La economía asume todo desarrollo tecnológico en
función del rédito, sin prestar atención a eventuales consecuencias negativas
para el ser humano. Las finanzas ahogan a la economía real. No se aprendieron
las lecciones de la crisis financiera
mundial y con mucha lentitud se aprenden las lecciones del deterioro ambiental.
En algunos círculos se sostiene que la economía actual y la tecnología
resolverán todos los problemas ambientales, del mismo modo que se afirma, con
lenguajes no académicos, que los problemas del hambre y la miseria en el mundo
simplemente se resolverán con el crecimiento del mercado.”… “Quienes no lo afirman
con palabras lo sostienen con los hechos, cuando no parece preocuparles una
justa dimensión de la producción, una mejor distribución de la riqueza, un
cuidado responsable del ambiente o los derechos de las generaciones futuras.
Con sus comportamientos expresan que el objetivo de maximizar los beneficios es
suficiente. Pero el mercado por sí mismo no garantiza el desarrollo humano
integral y la inclusión social.”
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