América Latina y el Caribe tiene el
reto de invertir eficientemente las rentas extraordinarias del ciclo de
precios actual con criterios de sustentabilidad social y ambiental.
(28 de mayo, 2013) Los países de
América Latina y el Caribe deben revisar y fortalecer la institucionalidad
y los instrumentos que permitan maximizar la contribución de los recursos
naturales al desarrollo regional, especialmente en el actual ciclo de precios
altos, indicó la CEPAL a través de un nuevo documento dado a conocer
hoy.
El informe Recursos
naturales en UNASUR: Situación y tendencias para una agenda de desarrollo
regional fue
presentado por Antonio Prado, Secretario Ejecutivo Adjunto de esta
comisión regional de las Naciones Unidas, durante la Conferencia de
la Unión de Naciones Suramericanas sobre Recursos Naturales y Desarrollo
Integral de la Región, que se desarrolla hasta el 30 de mayo en Caracas,
Venezuela.
En el documento, la CEPAL analiza
el tema de la gobernanza de los recursos naturales en la región, entendiendo
por ella el conjunto de políticas soberanas de los países sobre la propiedad
de los recursos naturales y su apropiación, así como la distribución de
las ganancias de productividad derivadas de su explotación.
América Latina y el Caribe posee 65% de
las reservas mundiales de litio, 42% de plata, 38% de cobre, 33% de estaño,
21% de hierro, 18% de bauxita y 14% de níquel. También son importantes
sus reservas petroleras: tiene un tercio de la producción mundial de bioetanol,
cerca de 25% de biocombustibles y 13% de petróleo.
En la región se encuentra alrededor de
30% del total de los recursos hídricos renovables del mundo, lo que corresponde
a más de 70% del agua del continente americano, y 21% de la superficie
de bosques naturales del planeta y abundante biodiversidad.
Sin embargo mantiene aún importantes debilidades,
como una estructura productiva y exportadora basada en ventajas comparativas
estáticas (sustentada solo en recursos naturales) más que en ventajas competitivas
dinámicas, una baja inversión en infraestructura, exploración y valor agregado
y rezagos en innovación, ciencia y tecnología.
“Históricamente la región no ha logrado
traducir los períodos de bonanza exportadora de sus recursos en procesos
de desarrollo económico de largo plazo. Los países enfrentan hoy el reto
de captar e invertir eficientemente las rentas extraordinarias del ciclo
de precios actual con criterios de sustentabilidad social y ambiental”,
indicó Antonio Prado en su presentación.
En la nueva publicación la CEPAL
precisa los diferentes instrumentos jurídicos y económicos de que disponen
los Estados latinoamericanos y caribeños para apropiarse y distribuir las
rentas derivadas de la explotación de los recursos naturales relacionados
con la minería, los recursos hídricos y los hidrocarburos.
Según el organismo, en el caso de la minería,
cuatro países de UNASUR (Argentina, Brasil, Chile y Perú) concentran 62%
del destino de la inversión regional en exploración y si se agrega México
el porcentaje sube a 84%, según datos de 2010.
En 2011, Brasil, Chile y Perú se situaron
entre los diez principales países de destino de la inversión minera, con
36% del total mundial, mientras que en 2000 solo abarcaban 26% de esta.
Por otro lado, entre 2000 y 2010 la exploración
petrolera en la región no siguió el ritmo alcista de los precios, alejándose
de la tendencia mundial. A pesar de esto, la renta estimada del sector
hidrocarburos durante el período de auge 2004-2009 (7,1% del PIB), duplicó
el promedio anotado entre 1990-2003 (3,6% del PIB).
La CEPAL indica además que UNASUR
presenta una estructura de la oferta de energía primaria más limpia que
el promedio mundial (31% frente a 12%), al combinar fuentes energéticas
como la hidroelectricidad, biomasa y otras renovables. Por ejemplo, en
2011 la hidroelectricidad en los países de este bloque representó 11% de
la oferta total de energía primaria, cifra muy superior si se compara con
el 2% que ocupa este sector en el mundo.
La región enfrenta, según el organismo,
el desafío de generar un consumo energético integrador y homogéneo, con
el fin de acortar las brechas subregionales que aún persisten, como la
heterogeneidad de recursos naturales, estructuras de abastecimiento y consumo
de energía, y la necesidad de lograr la consolidación institucional y el
establecimiento de condiciones de base para impulsar políticas de promoción
y penetración de las fuentes renovables.
Según la CEPAL, junto con desarrollar
mecanismos que aseguren una inversión eficiente de las rentas extraordinarias
de recursos naturales en esta época de precios altos, las políticas públicas
de los países de la región deben centrar su atención en el mejoramiento
de la gestión de los conflictos socioambientales que surgen en el desarrollo
de los sectores de explotación de estos recursos, con una visión de largo
plazo.
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