Diario:
Notitarde La Costa. Puerto
Cabello Edo. Carabobo. Fecha: 21-12-2012. Columna: BioDazibao Global. Autor: Wilfredo
Jiménez Gómez.
En el futuro cercano
aumentará de manera alarmante los casos de sordera, tanto en jóvenes como en
adultos, incluso en niños. Esto como consecuencia del uso de equipos de sonido
en alto volumen, que la mayoría de las veces supera el límite de decibeles (65)
considerado tolerable por el oído humano en zonas residenciales según la
legislación venezolana. Por encima de este parámetro el sonido pasa convertirse
en ruido, o sea, el sonido pasa a ser molesto, desagradable y lo más grave es
que pasa a ser perjudicial para la salud. Este concepto elemental no está bien
razonado en la conciencia de la juventud, por el contrario se desconoce o se ha
desvirtuado totalmente y lo que es peor, se actúa en consecuencia, ya que hay
personas que no les importa que el ruido que genera su equipo de sonido cause
molestias a otros, lamentablemente no hay un mínimo de conciencia sobre el
problema y de respeto hacia el prójimo en este aspecto.
Particularmente no
entiendo esta manera de disfrutar la música porque según mi parecer es un
comportamiento equivocado, es decir, cómo se puede disfrutar en una reunión
amical o familiar cuando al oír música en volumen alto es necesario gritar para
que la persona cercana escuche lo que le decimos. Todo se transforma en un
círculo vicioso; si la música está en alto volumen entonces gritamos para que
nos escuchen y de igual manera nuestro interlocutor nos responde en voz alta.
¿Por qué tanto volumen?, ¿qué lo justifica?, el hecho de bailar, pero es que la
juventud ahora baila muy poco o no lo hace, ¿acaso el ruido es estimulante a
sabiendas de que afecta la salud?, ¿es imposible cambiar de actitud?, ¿es muy
difícil respetar a los demás?.
Definitivamente no se
están interpretando bien los conceptos, no hay claridad en cuanto al daño que
causa el alto volumen, no solo a los oídos, sino también al sistema nervioso
originando por ejemplo insomnio, estrés y dolor de cabeza. ¿Soluciones?, tal
vez por la vía de toma de conciencia,
elaboración de normas de convivencia ciudadana, represión, o una mezcla de
todas las anteriores. Tenemos la convicción de que lo más importante es la
formación de conciencia, por tanto el llamado es precisamente a la sensatez del
ser humano para que cambie de actitud y se alcance un clima de respeto y de
coexistencia. Recordemos que el ruido es como el cigarrillo, afecta tanto a
quienes les gusta como a quienes les molesta, algo así como escuchadores
activos y pasivos. Bien podemos conseguir espacios libres de ruido, pero aptos
para escuchar y deleitarnos con buena música y con volumen moderado.
Salutación
En esta
época navideña les deseo una feliz noche buena y ojalá en los momentos de
reflexión haya tiempo para preguntarnos cómo pudiéramos contribuir para
proteger y conservar el ambiente. Quienes ya lo hacen pueden pensar cómo
incrementar esa colaboración y también cómo captar adeptos a esa causa.
wijimenez@terra.com
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