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martes, 5 de junio de 2012

EL FUTURO INCIERTO DEL JARDÍN BOTÁNICO DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

  • LA  TRISTE REALIDAD  DE  LA FUNDACIÓN  INSTITUTO  BOTÁNICO  DE  VENEZUELA “DOCTOR  TOBÍAS  LASSER”
     La Fundación Instituto Botánico de Venezuela “Doctor Tobías Lasser” (FIBV) enfrenta en la actualidad una complicada situación de la cual pareciera no poder salir.  La grave crisis presupuestaria por la que atraviesa, el eterno conflicto laboral de sus trabajadores, la incertidumbre que la rodea con motivo de su posible adscripción a la Universidad Central de Venezuela (UCV)  y hasta su complejo acervo histórico la mantienen   en una constante incertidumbre que hace dudar de su permanencia futura  y pone en peligro su vigencia como un Organismo Oficial que alberga a tres importantísimas Instituciones Nacionales, como son el Herbario Nacional de Venezuela (VEN), la Biblioteca “Henri Pittier” y el Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela, este último parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad, como sector integrante de la Ciudad Universitaria. 

     Desde hace un par de años surgió en el seno de la Fundación un movimiento sindical cuyo objetivo consistía en que sus trabajadores pasaran a formar parte de la Nómina Laboral de la Universidad Central de Venezuela; esta posible adscripción a la UCV involucraba que los trabajadores de la FIBV pudieran gozar de los múltiples beneficios laborales que otorga la Universidad y que no les ofrece la FIBV.  En todo momento, las autoridades de la Fundación han tratado de coadyuvar en que este objetivo se logre y –conjuntamente con los trabajadores--  ha llevado a cabo las gestiones necesarias para que se cumpla esa meta.  Por razones no del todo conocidas, este posible pase de la Fundación a la Universidad Central de Venezuela no se ha materializado y el personal de la Fundación, particularmente sus obreros y jardineros, han mantenido un constante conflicto  para conseguir su objetivo; conflicto que incluye paros, marchas, protestas, cierre de puertas  y consuetudinarias manifestaciones que impiden el sano y libre proceso de la  diaria actividad  laboral; lo cual, obviamente, incide en el mantenimiento de las acciones de trabajo de la Fundación.

     Quizás el antecedente histórico de la Fundación también  incide en que su futuro  como parte de la UCV, motivo ya referido como causante de la actual crisis, sea complejo y no fácil de llevar a cabo.  El Instituto Botánico de Venezuela fue creado, años atrás,  por el Ministerio de Agricultura y Cría para ser utilizado como sede del Herbario Nacional de Venezuela; igualmente sucede con la Biblioteca “Henri Pittier”.  Estas dos Instituciones   --con motivo de la creación del Ministerio del Ambiente--  fueron transferidas al Instituto Nacional de Parques (INPARQUES); de allí se desprende de que tanto el Herbario Nacional como la Biblioteca “Henri Pittier”, aunque forman parte de la Fundación  conjuntamente con el Jardín Botánico de la UCV, sus instalaciones y edificaciones poseen antecedentes históricos que obligan a ser tomados en cuenta a la hora de una futura adscripción a la Universidad Central de Venezuela.  Conviene añadir que  el Jardín Botánico pasó a ser oficialmente propiedad de la  UCV y considerado Parque Nacional, a partir del 13 de noviembre de 1969, en que el Presidente de Venezuela en ese entonces, Doctor Rafael Caldera lo determinó así.

    Uno de los aspectos más negativos que influyen en la grave situación que padece la Fundación es su crisis presupuestaria.  Desde hace siete años (desde 2005) la FIBV ha venido recibiendo el mismo presupuesto deficitario y reconducido.  En todos estos años la Institución ha solicitado al Ejecutivo Nacional el monto presupuestario mínimo necesario para poder cubrir sus necesidades  esenciales  y el Estado ha hecho caso omiso de tal solicitud.  Para este año 2012 fueron gestionados VEINTINUEVE MILLONES DE BOLÍVARES (Bs. 29.000.000) y la Oficina  de Planificación del Sector Universitario (OPSU) le otorgó la misma cantidad de años anteriores: CINCO MILLONES SEISCIENTOS CINCUENTA Y DOS MIL SEISCIENTOS CINCUENTA Y OCHO BOLÍVARES (Bs. 5.652.658); un 20% de lo pedido. Exiguo monto que ni siquiera alcanza para satisfacer el pago de la Nómina Laboral.  Las insuficiencias presupuestaria acumuladas de este año, que incluyen el incremento del bono de alimentación, la cancelación de los pasivos laborales, el pago de vacaciones y el incremento del salario mínimo alcanzan a OCHO MILLONES QUINIENTOS NOVENTA Y NUEVE MIL CIENTO OCHENTA Y SEIS BOLÍVARES (Bs. 8.599.186), cantidad mucho mayor que el monto mismo del presupuesto otorgado por el Ejecutivo Nacional, lo cual ratifica lo deficitario de la suma otorgada inicialmente. Hasta el presente, los trámites realizados por la Fundación para lograr esta cantidad a través de un crédito adicional no han sido respondidos por los Organismo Oficiales a quienes les compete: Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria y la OPSU.  No hay, además,  recursos para el pago del bono vacacional ni para otras obligaciones laborales como son la caja de ahorros, el pago del Seguro Social Obligatorio, las prestaciones laborales y las jubilaciones.  Mucho menos para la contratación de personal  y compra de equipos.

     El seguro de Hospitalización, Cirugía  y Maternidad (HCM), debido a  la deuda de pago  acumulada obligó a la Empresa MAS VIDA & SALUD, que presta ese servicio, a suspender  la atención médica.   En la actualidad, el personal  de la FIBV está desprotegido de un HCM, porque en el presupuesto ordinario, la OPSU no quiso incluir la partida correspondiente para la cancelación de la póliza.   Todas las demás acciones que deben cumplirse, propias de una Institución de este tipo, como son la Investigación,  los proyectos científicos, los trabajos de campo, los cursos de capacitación, el mantenimiento de las instalaciones y del Jardín no pueden llevarse a cabo, por el referido déficit presupuestario.  Lo poco que se hace, como lo es la compra de material de oficina y de materiales de uso diario (artículos de limpieza, papel sanitario, agua potable, etc.)  se adquiere a través de los ínfimos ingresos propios producto del cobro de entrada por acceso al Jardín, estacionamiento de vehículos de los visitantes, alquiler del Auditorio y de las dos únicas aulas que posee la Fundación y de uno u otro curso que se imparte; actividades estas que siempre corren el riesgo de no poder llevarse a cabo por los constantes paros que realizan los Sindicatos. Estos pocos ingresos  apenas alcanzan para la subsistencia mínima; las obras capitales que deben llevarse a cabo, como son el mantenimiento del Jardín Xerofítico y otras áreas, restauración de la Laguna Principal, reparación de la Laguna Venezuela, la Impermeabilización del techo del Auditorio, la poda y tala de árboles (especialmente los que dan a la Autopista Francisco Fajardo), el corte de la grama, el desmonte, la  compra y reparación de los equipos de aire acondicionado, repuestos de vehículos y tractores, entre otras múltiples operaciones  rutinarias imprescindibles en toda Institución, son imposibles de ejecutar por la carencia de recursos financieros.

      La Institución no dispone de equipos adecuados para combatir plagas de insectos y otras alimañas que invaden rutinariamente a su Jardín Botánico;  en la actualidad el famoso gusano de la palma está mermando valiosas especies de palmas criollas y exóticas y no puede ser combatido por la carencia de la maquinaria y de los insecticidas necesarios.  Las gestiones realizadas ante diferentes organizaciones para atacar esta plaga han sido infructuosas; las Alcaldías de la Región Capital y hasta el Consejo de Preservación y Desarrollo, COPRED, una Institución de la Universidad Central de Venezuela, organismos estos  que poseen recursos técnicos y humanos adecuados para combatir esta plaga, han negado su cooperación al Jardín Botánico para solucionar el problema del gusano invasor.

     Las actividades institucionales de investigación y nuevos proyectos científicos desde hace más de cinco años están totalmente paralizadas.  Nuestros Investigadores, quince en total, no pueden llevar a cabo ningún trabajo botánico; desde 2010 están detenidas las exploraciones botánicas en campo; se están perdiendo y deteriorando las diferentes colecciones botánicas del Herbario Nacional de Venezuela, principal acervo de la fitodiversidad del país, esto, por desperfectos de los aparatos de aire acondicionado, sin posibilidad de ser reparados ni adquiridos; se han paralizado las publicaciones científicas y se ha retrasado la periodicidad de la publicación de la principal revista botánica  del país, como lo es  Acta Botánica Venezuelica; existe limitación para la consulta de las colecciones bibliográficas, prioritaria para la investigación, dadas las condiciones inapropiadas en que se encuentran las instalaciones de la Biblioteca “Henri Pittier”; se nota de forma preocupante  el deterioro progresivo de los equipos científicos y de oficina por falta de presupuesto para su mantenimiento; esto incluye los microscopios, congeladores, deshumificadores y computadoras; no hay posibilidad de adquirir nuevos equipos y materiales de investigación  para el procesamiento de muestras botánicas; se ha incrementado el deterioro de los servicios de infraestructura, mobiliario y equipos de oficina, que ha traído como consecuencia un ambiente inadecuado para las labores del personal y limitaciones en el cumplimiento de sus funciones.

     La inseguridad reinante en la Fundación es preocupante; no hay recursos para contratar un equipo privado de vigilancia y los delincuentes y malhechores, por lo general provenientes de los barrios circunvecinos, hacen de las suyas y a diario penetran a las instalaciones de la Fundación; con su presencia provocan actos de vandalismo de todo tipo.  Inclusive asaltan en ocasiones a los visitantes del Jardín.

     Este triste, vergonzoso y desolador panorama es el que presenta  en la actualidad la Fundación Instituto Botánico de Venezuela “Doctor Tobías Lasser” y su emblemático Jardín Botánico.  Sus autoridades y su Junta Directiva, en una lucha sin cuartel, han llevado a cabo innumerables gestiones para mitigar esta grave crisis; los  archivos de la FIBV  están copados de copias de correspondencia dirigidas este año  a la ciudadana Rectora de la UCV, Doctora Cecilia García-Arocha;  a su Vicerrector Administrativo, Doctor Bernardo Méndez; al Vicerrector Académico, Doctor Nicolás Bianco; al Director de la Asesoría Jurídica, Doctor  Manuel Rachadell, a la Ministra de Educación Superior, Doctora Yadira Córdova; a la Directora Adjunta de la OPSU, Doctora Tibisay Hung; a la Directora de Presupuesto del Ministerio de Educación Superior, Doctora Ana Jaimes, a Alcaldías  y a otros entes  públicos y  privados, en las cuales se les ha solicitado se preste la debida atención para superar la grave crisis presupuestaria y laboral que atraviesa la Fundación; desgraciadamente, en ningún caso se ha recibido respuesta positiva a tales peticiones.

    La Fundación  Instituto Botánico de Venezuela “Doctor Tobías Lasser” necesita urgentemente el auxilio del Ejecutivo Nacional a través de sus Dependencias Oficiales; requiere que sus quejas y problemas sean oídos por las autoridades de la Universidad Central de Venezuela; precisa que sus trabajadores depongan sus intereses personales y se aboquen a buscar, conjuntamente con la Presidencia y la Junta Directiva de la Fundación, la solución a la grave crisis en la que está inmersa.   

     Tenemos que entender que el problema de la FIBV no radica en su adscripción o no a la UCV o a cualquier otro Organismo del Estado o a que sus trabajadores pasen a formar parte de la Nómina Laboral de la Universidad Central de Venezuela. 

     La única y verdadera solución a los problemas  de la Fundación y a la de su invalorable e insustituible Jardín Botánico reside en  que todos los que aman y defienden  el ambiente natural, la ecología, la investigación, la educación, la docencia, la flora y la fauna;  todos aquellos que sienten cariño por parques y jardines y sueñan con una Venezuela distinta y  mejor; las Instituciones públicas y privadas; todos y todas las personas en general que de alguna manera les duele esta penosa situación, se pongan de acuerdo y luchen conjuntamente para que el grave estado en que se encuentra la Fundación Instituto Botánico de Venezuela “Doctor Tobías Lasser” sea observado, conocido, reconocido y comprendido; sólo así  podremos  salvarla y tendremos la oportunidad de preservar dentro de ella  esta pequeña pero hermosísima parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad, el oasis de Caracas, cual es el Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela.


Fundación Instituto Botánico de Venezuela “Doctor Tobías Lasser”, Caracas, 28 de mayo de 2012
 

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